Las clases de funky para niños es uno de los estilos más
populares de hoy en día, es de las únicas disciplinas que no se
encasilla en una música específica, se suele utilizar música de
cualquier tipo, sobre todo actual.
El funky para niños es una forma de expresar y liberar
nuestros sentimientos y estados de ánimo a través de la música y la
utilización del espacio. Desarrolla la coordinación, lateralidad y el
ritmo. La complejidad de los pasos es variable y se planifica de acuerdo
a la edad y capacidad del alumno.
Los niños y adolescentes pueden desarrollar mejor su
creatividad y su auto aprendizaje, la metodología aplicada les permite
una amplia gama de experiencias, lo que contribuye a incrementa su
autoestima y sus habilidades motrices.
El funky se estructura en ocho tiempos, es decir, cada
paso nuevo está dividido en ocho partes (mover un brazo, girar la
cabeza, quedarse quieta…) que van por golpes de música y se van hilando
para componer la coreografía. También puede haber pasos libres, donde
cada bailarín/a haga una cosa diferente, que se puede inventar con
anterioridad o improvisar en el momento.